La ética en su lucha contra la corrupción

La corrupción es un fenómeno mundial, es posible decir que hay una globalización de la corrupción. Este problema es tan antiguo que ya existía en las antiguas civilizaciones, aunque con altibajos, acompaña al hombre a lo largo de su historia. En ese entendido, aparece la ética no con la finalidad de acabar la corrupción, sino como un instrumento para combatirla.

La ética, al ser aplicada al ámbito público, pasa a denominarse “ética pública” o “ética para la administración pública”, es un elemento importante para hacer contrapeso no sólo a la corrupción sino a las distintas actitudes antiéticas al inyectar un conjunto de principios y valores y así revitalizar por un lado a las instituciones públicas y por otro a los servidores públicos, entendiendo como tales a aquellas personas que ocupan un cargo público y sirven al Estado.

La ética en los servidores públicos es un elemento que auxilia para lograr concientizar en sólidos principios de conducta ética y así generar una mayor excelencia en la calidad y gestión de los intereses colectivos, además es un factor clave para elevar la calidad de la administración pública mediante la conducta honesta, eficiente, objetiva e íntegra de los funcionarios en la gestión de los asuntos públicos.

Todo servidor público, debe tomar conciencia de que el “servicio público” se centra en satisfacer las necesidades de la sociedad y promover el bienestar general y no personal, actuando con eficiencia, transparencia y respeto a la ley. 

Consecuentemente, la ética es un pilar fundamental en la lucha contra la corrupción. Al fortalecer los valores éticos y promover la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana, es posible construir sociedades más justas, equitativas y libres de corrupción. 

Cuando se rescatan y fomentan los principios y valores éticos en los servidores públicos, estos fortalecen, motivan y dan integridad y dignidad a la conducta del individuo. Ningún servidor público con ética roba, miente, engaña, estafa, ofende o es ineficiente, por el contrario, ayuda, es responsable, cumplido, íntegro, respetuoso, ofrece resultados. En sentido contrario, cuando los valores en el servicio público se debilitan o se ausentan, los antivalores y las prácticas corruptas aparecen de inmediato.